Es importante proteger a los niños de las amenazas del sol, pero esto no significa que hay que evitar su exposición segura. Esto debido a que el sol es la mayor fuente de vitamina D para el ser humano.
Importancia de la vitamina D para nuestra salud
El 90% de la vitamina D se obtiene de la exposición solar, y el 10% de alimentos como pescados, carne, jugos o la yema del huevo. Es por esto que la exposición al sol es esencial para la adquisición de la vitamina D.
La vitamina D es crucial para el fortalecimiento de los huesos, por lo que la deficiencia de esta se relaciona con un mayor envejecimiento de los huesos a medida que la persona crece, lo que aumenta el riesgo de sufrir fracturas.
No todos los niños reciben la suficiente cantidad de vitamina D del sol, debido al clima o la contaminación que pueden reducir los rayos ultravioletas que recibe la piel. También las características de la piel pueden afectar la producción de vitamina D, ya que la gente con pieles más oscuras tienden a producir menos que las personas con pieles más claras.
Precauciones frente a la exposición del sol
- Proteger la piel del niño con el protector solar adecuado, a partir de los 6 meses de edad.
- Evitar la exposición entre las 11 del día y las 4 de la tarde, ya que es cuando la piel se ve más afectada por la exposición al sol.
- Que lleven gorros y poleras, protegiendo la piel de la exposición excesiva.
- Aplicar protector solar mínimo cada 2 horas, reaplicando si sudan mucho o se mojan.
Aunque la exposición al sol es fundamental para la adquisición de vitamina D, esta siempre tiene que ser de forma responsable. Ante cualquier duda consulta con el pediatra de tu hijo para encontrar el equilibrio necesario entre la exposición al sol y las precauciones que se toman frente a esta.