Se viene el verano y el calor ya se siente, por lo que las familias empiezan a disfrutar de la piscina, lo cual es una actividad muy entretenida para compartir.
Para poder pasarlo bien hay que tomar ciertas precauciones, y en este caso hay que saber cómo cuidar a tu bebé de ciertos elementos del agua de la piscina.
Precauciones con el agua de la piscina:
- Precauciones con el cloro:
Es necesario que el agua de la piscina contenga cloro, ya que evita que se reproduzcan ciertas bacterias que pueden ser perjudiciales para la salud. Pero también es importante que este esté presente en las medidas adecuadas para que el mismo cloro no dañe la salud de quienes se bañan.
El porcentaje de cloro mínimo que debería tener una piscina es de 0,5 miligramos por litro, pero suelen tener entre 1 a 2 miligramos por litro, el cual sigue siendo seguro para la salud.
Los primeros síntomas de exceso de cloro en el agua de la piscina son la irritación de las mucosas oculares, de la nariz y de la garganta que puede producir un dolor agudo. Esto incluso puede producir una tos refleja y, posteriormente, el vómito.
No es necesario alarmarse más de la cuenta por la exposición al cloro de la piscina, sólo hay que preocuparse de que tenga el nivel de cloro correcto.
- Precauciones con el sol:
Lo más importante en relación a la exposición al sol es que esta sea con la protección solar adecuada y por el menor tiempo posible. Aplica la protección solar 30 minutos antes de que se exponga al sol y al agua de la piscina, y protégelo con algún gorro o camisa.
Ten en consideración que la exposición al sol en piscinas no se recomienda hasta que el niño tenga 2 años.
La recomendación es evitar que tu hijo ocupe flotador ya que pueden dar una sensación de “falsa seguridad”, es mejor que tú seas quien lo sostenga cuando esté en el agua. Nunca dejes de supervisar a tu bebé y evita que sumerja la cabeza en el agua. Al sacarlo del agua sécalo bien y abrígalo, para que así no pase frío.