A partir del primer año de vida los niños ya pueden alimentarse con mayor variedad de alimentos, si el resto de los adultos de la familia se alimentan con alimentos saludables, muchos de ellos podrán ser fuente alimentaria para ambos, inclusive a partir de los 2 años de vida, los niños podrán incorporarse a la rutina y compartir todas las preparaciones consumidas por los adultos.
En el caso de que los adultos de la familia, no tengan buenos hábitos de alimentación ya sea por la selección de alimentos o por las preparaciones habituales, es muy importante continuar marcando la diferencia para instaurar hábitos saludables en los niños e idealmente sumando a los adultos en ellos.
En cuanto a las cantidades, debes considerar que la velocidad de crecimiento se enlentece a partir del primer año, por lo que será natural que observes que las cantidades que necesita comer tu hijo se reduzcan, este es un momento clave para seguir respetando ese límite y no caer en la tentación de obligar o agregar estimulantes del sabor, como son el azúcar y la sal.
Cada persona es distinta y necesita distinta cantidad de alimento para estar sano, lo más importante es ser consciente de que la cantidad de comida que debes ofrecer a tu hijo debe ser diferente a la de un adulto y también la variedad y tipo de alimentos, si el resto de la familia no posee hábitos de alimentación saludable.
Pero cuando tu hijo ya come en exceso según lo que corresponde para su edad, es muy importante volver a retomar el camino incorporando las siguientes recomendaciones;
Ayudando a tu hijo en lo que come
- Estudia las porciones recomendadas para su edad y utiliza vajilla apropiada para guiar sus cantidades: Si observasque existe gran diferencia entre lo que come y debiera comer haz cambios graduales y reduce la cantidad de comida poco a poco, privilegiando la calidad de los alimentos entregados para asegurar cubrir sus necesidades nutricionales, la premisa es entregar menos pero mejor calidad.
- Sé un ejemplo a seguir: los niños tienden a imitar a la gente de su entorno, por lo que si ve que en la casa se come saludable y lo necesario, se sentirá más inclinado a comer mejor.
- Alimentarse 5 veces al día: es importante que esta rutina se mantenga en todos los integrantes de la casa. Es mejor comer varias veces de a poco, que comer pocas veces de a mucho, éste hábito también te ayuda a limitar la ingesta de alimentos poco saludables entre horarios, pero exige ser organizado y no improvisar.
- No fuerces a tu hijo: el cuerpo es sabio, por lo que no es buena idea que los niños coman cuando no quieren hacerlo porque ya se saciaron.
- Elecciones saludables: mantener comida y snacks saludables en la casa como para las opciones de alimentación.
- Controlar el tiempo: intenta que tu hijo no coma de forma rápida, ya que así se demora en saciarse y creerá que necesita más comida para esto.
- No premies el buen comportamiento con comida: mejor intenta premiar el buen comportamiento con alguna actividad entretenida que puedan hacer en familia.
Tu eres el ejemplo de cómo tu hijo come:
Lo más importante es que los buenos hábitos alimenticios sean parte integral del hogar, si la gente alrededor del niño come de manera adecuada lo más probable es que tu hijo imite este comportamiento y se sienta más inclinado a comer la cantidad necesaria de comida.
Inculcar hábitos saludables ayudará que estos se mantengan por el resto de su vida. Si tienes alguna duda sobre la salud de tu hijo y la dieta necesaria, consulta con un especialista en nutrición infantil .