Los niños pueden aprender a cambiar de actividad sin enojarse ni hacer pataletas. Puede tomar un poco de tiempo averiguar qué funciona con cada niño en particular pero hoy te daremos algunas ideas.
Si un niño “no quiere hacer transición porque le gusta la consistencia, la rutina y la estructura”, una buena forma es “construir consistencia, rutina y estructura en el proceso de transición”.
Para las transiciones que suceden todos los días, como llamarlos para almorzar, avisarles que es la hora de la tina, las rutinas consistentes pueden tener grandes beneficios. Te damos algunos ejemplos de cómo puedes hacer las transiciones más fáciles a continuación.
Formas de hacer las transicions más fáciles
Aviso y cuenta regresiva: junto con las rutinas, el aviso y la cuenta regresiva son una buena forma de evitar problemas en las transiciones. Por la mañana, puedes contarle cómo será el día.
Luego, antes de cada transición, delimita un tiempo y una descripción de lo que sucederá junto con las cuentas regresivas (en 20 minutos, luego 10 y luego 5 será el momento de terminar el desayuno y vestirse).
Ponle música: para los niños más pequeños en particular, las canciones pueden ser herramientas especialmente eficaces para ayudar a implementar rutinas y facilitar las transiciones. La canción “limpiar” se puede escuchar en los preescolares de todo el mundo por una buena razón.
Obtener su atención: es clave asegurarnos que el niño tiene nuestra atención y que la información que le estamos dando está siendo captada. Gritarles desde el otro lado de la pieza asumiendo que lo ha entendido no funcionará y sólo dará lugar a la frustración en ambos lados.
Elogiar la buena transición: por último, es importante reconocer cuando las cosas van bien. Cuando tu hijo haga una buena transición reconóceselo, por ejemplo, “me gustó mucho la forma en que me diste el iPad de inmediato y comenzaste a cepillarse los dientes, y ahora tenemos más tiempo para leer”.
