Comer en familia tiene un increíble impacto y hay estudios que lo comprueban. Uno de ellos, publicado hace años en revista Pediatrics de la Sociedad Americana de Pediatría es tajante:
Comer 3 o más comidas en familia (cuando un padre presente y la comida se prepara en casa) resulta en un 12% menos de probabilidad de que los niños tengan sobrepeso.
Niños con menos sobrepeso
El estudio concluyó que si los espacios de alimentación se convierten en un momento agradable, tranquilo y positivo, los pequeños serán menos propensos a aumentar de peso. De aquí viene la importancia de prevenir obesidad en familia.
Dicha conclusión se basa en el análisis de la dinámica interpersonal de 120 familias relacionada con la alimentación. Para ello, los investigadores tomaron nota de la duración y el tipo de comida que cada familia comía, de cómo interactuaban los miembros del grupo durante las comidas y de cómo estos factores se relacionaban con el peso del niño.
Los niños con un peso normal eran más propensos a tener comidas familiares. Durante las cuales los padres decían cosas alentadoras y parecían disfrutar de la compañía de los demás.
Por el contrario, los niños que tuvieron comidas más cortas y bajo un ambiente negativo presentan sobrepeso. Lo mismo ocurrió con aquellos que se alimentaron en otras habitaciones diferentes al comedor.
Mejor salud mental
Otro estudio, realizado en la Universidad de Queen (Kingston, Canadá), afirma que los niños que comen en familia tienden a desarrollar menos problemas emocionales y de conducta y disfrutan de una mayor sensación de confianza. La comunicación con los padres sería uno de los factores fundamentales en esta asociación.
La comida, como acto social aunque sea en casa, es uno de los trucos más sencillos para disfrutar de tiempo con los niños. ¿Quién pone la mesa?