Los descubrimientos realizados en la neurociencia durante las últimas décadas han mejorado notablemente nuestra comprensión acerca de cómo se desarrollan los cerebros de los bebés. He aquí uno de los hallazgos más importantes: el cerebro es producto de los genes, la experiencia y el entorno, es decir, de una combinación de lo innato y lo adquirido.
El proceso comienza mucho antes del nacimiento y se ve influenciado por la salud, la nutrición y el entorno de la embarazada. Después del nacimiento, el cerebro del recién nacido sigue desarrollándose. Genera células e inicia el proceso para definirlas y conectarlas.
En estos primeros días de vida, la velocidad y la complejidad con que se establecen las conexiones neuronales es única. Según indican las investigaciones, el ritmo al que se producen es al menos de 1.000 conexiones por segundo durante los primeros 3 años. Sin embargo, datos más recientes indican que la velocidad podría ser de hasta 1 millón por segundo.
A medida que se desarrolla el cerebro, las conexiones neuronales se van formando y modificando como respuesta a las experiencias positivas y negativas. Las experiencias positivas incluyen una buena nutrición, la estimulación sensorial y motriz, interacciones apropiadas y la protección que brindan los miembros de la familia, los cuidadores y los expertos en educación infantil.
Desde su cerebro que está en crecimiento, sus órganos también están creciendo. Así que, del punto de vista del lado motor, es muy importante que tenga una adecuada estimulación y un seguimiento.
El desarrollo psicomotor como eje
La estimulación psicomotora en los primeros años, promueve el desarrollo cognitivo, social, físico y emocional de los niños al poner en juego habilidades, destrezas, procesos de aprendizaje, juegos de relación y conocimiento del cuerpo para cumplir o alcanzar una meta.
El desarrollo psicomotor es un eje fundamental en el aprendizaje de los niños durante la etapa preescolar, pues la mayoría de ellos utiliza sus movimientos para planear, organizar y experimentar el mundo a su manera.
En Vitamina centramos el aprendizaje por medio del juego. Y es a través de él que los niños potencian el desarrollo del cuerpo y los sentidos:
- Descubren sensaciones nuevas
- Coordinan los movimientos de su cuerpo
- Estructuran su representación mental del esquema corporal
- Exploran sus posibilidades sensoriales y motoras
- Van conquistando su cuerpo y el mundo exterior
- Tienen experiencias de liderazgo que le fomentan la confianza en sí mismo (por ejemplo, cuando son quienes inventan un juego e invitan a otros niños a participar).
¡En Vitamina sus primeros pasos serán grandes saltos para su futuro!