No es una novedad que los niños se incorporan al mundo jugando. Lo que para muchos pueden ser actividades para pasar el rato, disfrutar y compartir, para los más chicos, este es el medio por el cual experimentan y entienden lo que los rodea.
Tal es su importancia, sobre todo en la primera infancia, que este acto forma parte de la Convención sobre los Derechos de los Niños (1989) y es uno de los Principios Pedagógicos de las Bases Curriculares de la Educación Parvularia (2018).
Las claves del juego en la infancia
A través del juego libre (donde son los niños quienes deciden a qué y cómo jugar) y dirigido (cuando se les entregan algunas pautas de juego, por ejemplo, jugar a cocinar) los niños aprenden quiénes son, los límites de lo que pueden hacer y cómo se pueden relacionar con todo lo que los rodea, desde otros niños a objetos.
¿Cómo se aprende jugando?
Si los juegos se desarrollan en entornos de contención y acogida con adultos que se involucran y los apoyan en la resolución de problemas, los niños se atreven a tomar desafíos y vencerlos.
A través de estos procesos, desarrollan estrategias y herramientas valiosas para solucionar los obstáculos que se les presentan, con lo cual “aprenden su mundo”.
Niveles de desarrollo que ocurren a través del juego
Desarrollo Psicomotor
A través de juego los niños potencian el desarrollo del cuerpo y los sentidos:
- Descubre sensaciones nuevas
- Coordina los movimientos de su cuerpo
- Estructura su representación mental del esquema corporal
- Explora sus posibilidades sensoriales y motoras
- Va conquistando su cuerpo y el mundo exterior
- Tiene experiencias de liderazgo que le fomentan la confianza en sí mismo (por ejemplo, cuando son quienes inventan un juego e invitan a otros niños a participar).
Desarrollo Cognitivo
El juego crea y desarrolla estructuras mentales, promoviendo la creatividad y curiosidad:
- Es una fuente de aprendizaje que crea zonas de desarrollo
- La actividad lúdica estimula la atención y la memoria
- Origina y desarrolla la imaginación y la creatividad
- Estimula la discriminación fantasía-realidad
- Es comunicación y facilita el desarrollo del lenguaje
- La fantasía, tan propia del juego infantil, sirve para desarrollar el pensamiento abstracto
Desarrollo Afectivo-emocional
El juego promueve el equilibrio afectivo y emocional:
- Es una actividad placentera que estimula satisfacción
- Permite la asimilación de experiencias difíciles facilitando el control de la ansiedad asociada a estas situaciones
- Posibilita que los niños liberen, por medio del juego y la fantasía (es decir, de forma simbólica), la agresividad
- Es un medio para el aprendizaje de técnicas de solución de conflictos
- Facilita el proceso progresivo de la identificación psicosexual
Desarrollo Social
El juego es un instrumento de comunicación y socialización infantil:
- Los juegos simbólicos o de representación estimulan la comunicación y la cooperación entre iguales. Estimulan el desarrollo moral, ya que se aprende de voluntad y reglas de conducta. Facilitan el desarrollo de la conciencia personal y ayudan a procesos de adaptación socio-emocional. Por ejemplo, este tipo de juego implica “hacer como si”, entonces si un niño está jugando con una muñeca, puede representar el cómo cuidarla o cómo alimentarla.
- Los juegos de reglas entregan estrategias de interacción social, facilitan el control de la agresividad y son un ejercicio de responsabilidad.
- Los juegos de cooperación promueven la comunicación; mejoran el autoconcepto, aumentando la aceptación de uno mismo y del resto; estimulan el contacto físico positivo en el juego; aumentan las conductas de cooperación y de compartir.