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¿Es normal que mi hijo tenga un amigo imaginario?

¿Alguna vez les ha pasado escuchar a sus niños hablando solos o jugando con algún personaje, armando historias que son realmente creíbles, pero la verdad es que son sólo parte de su imaginación? Puede ser un amigo imaginario.

Es bastante típico que alrededor de los 3 años algunos seres, héroes o amigos empiecen a invadir la imaginación de los niños. Y es que durante esta etapa empiezan a desarrollar un mundo de fantasía paralelo a la realidad, que es bastante normal, pero que también tiene sus límites. Es el típico amigo imaginario que todos en nuestra infancia tuvimos.

Los niños tienen bastante imaginación y varias veces los vamos a escuchar diciendo cosas que no son, que fueron a ciertos lugares que nunca fueron o que estuvieron con personas y tampoco fue así. Una mezcla de ficción y realidad que a veces se puede transformar en una verdadera película, pero que como papás debemos saber explicarles donde está el límite. Un estudio realizado en Estados Unidos determinó que casi el 30% de los niños, entre 3 y 4 años, tiene un amigo imaginario (y esto es solo en este rango de edad).

¿Qué son y que significa tener un amigo imaginario?

Los amigos imaginarios son de gran ayuda, ya que muchas veces son una excusa para contar cosas que les están pasando, o bien les potencia su imaginación, creatividad y expresar sus emociones. A través de este nuevo mundo de hadas, monstruos, fantasmas, héroes, etc. los niños se abren más y materializan lo que les pasa, llegando a contar sus miedos, alegrías, inquietudes, etc.

Sin embargo, como papás debemos estar pendientes de cómo se va desarrollando este juego con el amigo imaginario. Si lo escuchamos hablando con su osito, la muñeca o un superhéroe, no debemos interrumpirlos ni tampoco decirles que eso no se hace, al contrario, tratar de tomar distancia y escuchar esas conversaciones, ya que este amigo les da confianza. Podemos quizás descubrir algo nuevo en nuestro hijo, saber lo que está pensando, que le molesta, que lo inquieta o si está pleno y feliz.

¡Muchas veces estos amigos imaginarios desaparecen de la misma forma que aparecieron, sin tener nada más que hacer! Sólo debemos preocuparnos en el caso de que nuestros niños dejen de sociabilizar con su entorno, comiencen a tener conductas agresivas o a estar más retraídos, y dejen de hacer sus cosas del día a día por estar sólo con este amigo imaginario. Ahí debemos estar alerta y pedir ayuda.

Los papás siempre queremos potenciar la creatividad de los niños, pero muchas veces no sabemos cuál es el límite. Nuestro instinto no falla, así que si vemos algo raro debemos saber consultar a un especialista.

El mundo de los niños es inmenso y su imaginación infinita, pero como papás debemos estar siempre atentos y pendientes de ellos, sobre todo en esta primera etapa de su crecimiento.

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