La alergia al huevo es muy poco frecuente, cerca del 2% de los niños son alérgicos a este alimento. Por suerte, la mayoría de ellos la habrá superado cuando tengan unos 16 años de edad, por lo que podrá disfrutar de este alimento sin problemas.
¿Qué es la alergia al huevo?
Es cuando el sistema inmunitario, que normalmente combate las infecciones, reacciona de una forma desproporcionada a las proteínas del huevo. Si la persona bebe o come productos alimenticios que contienen huevo, su cuerpo interpreta que esas proteínas son invasores nocivos. Y su sistema inmunitario reacciona esforzándose al máximo para combatir a esos invasores. Esto causa una reacción alérgica.
Recordemos que la introducción de este alimento debe ser de forma paulatina, justamente para poder identificar cualquier reacción alérgica. Pasados los 8-9 meses de edad, se debe empezar con la yema, que da menos problemas que la clara.
Alrededor de los ocho meses, se puede intentar añadir la punta de una cucharadita de yema al puré o a la sopa. Si no se producen problemas, se va aumentando lentamente la cantidad hasta llegar, después del primer año, a darle también la clara, siempre bien cocida.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la alergia al huevo?
Cuando una persona es alérgica al huevo, su cuerpo libera sustancias químicas como la histamina. Esto puede causar síntomas como:
- Respiración sibilante (hacer “pitos” al respirar) o dificultades para respirar
- Tos o ronquera
- Opresión de garganta
- Dolor de estómago
- Vómitos y/o diarrea
- Ojos hinchados, llorosos y que pican
- Urticaria
- Granos rojos en la piel
- Una bajada de la tensión arterial que causa sensación de desfallecimiento o pérdida de la conciencia (desmayo)
Las reacciones alérgicas al huevo pueden variar. A veces, la misma persona puede reaccionar de forma diferente, según la preparación. También puede causar una reacción alérgica grave llamada anafilaxia, que puede empezar con algunos de los síntomas propios de una reacción alérgica menos grave, pero puede empeorar rápidamente.
¿Cómo se diagnostica la alergia al huevo?
Mediante pruebas en la piel y/o análisis de sangre. Una prueba cutánea, también conocida como prueba de punción, es la que más se usa para detectar alergias. La prueba cutánea permite que el médico sepa en unos 15 minutos si un niño es sensible al huevo o no.
Como padre de un niño alérgico al huevo es clave que cuides lo que él coma, leyendo siempre las etiquetas alimentarias porque los ingredientes de un producto pueden cambiar, y el huevo se puede encontrar en alimentos que no parece que lo contengan.