Son muchísimas personas las que comen mientras ven televisión. Los expertos nos cuentan por qué este hábito es perjudicial para los menores (y bueno, para todos!)
Varios estudios ya han constatado que comer viendo pantallas es perjudicial. Uno publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity observó que niños de entre 10 y 12 años que comían delante del televisor aumentaron su índice de masa corporal (IMC) y que la calidad dietética era más deficiente.
Chile ocupa el primer lugar en América latina en prevalencia de obesidad infantil y el sexto lugar a nivel mundial, en este sentido, no deja de ser preocupante que muchas familias se alimenten a diario mirando pantallas.
¿Qué pasa cuando se come mirando pantallas?
Muchos padres recurren a las pantallas para que los niños coman, sobre todo, en los casos de los que lo hacen mal. Pero lo que ocurre es que los niños ni se enteran qué comen ni disfrutan de ello, y es posible que estén aumentando la ingesta, casi sin darse cuenta.
Recordemos que durante la infancia el cerebro es más plástico, por lo que la creación de hábitos es fundamental. Es importante transmitir a los más chicos lo maravilloso en aromas y sabores que nos ofrecen alimentos saludables.
Cuando los niños comen centrando su atención en las pantallas, lo hacen distraídos; rápido; su cerebro no procesa y no se sienten saciados en esa comida ni en la siguiente: Pueden llegar a comer hasta un 10% más en esa comida; pero un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutritition demuestra que en la comida posterior pueden ingerir hasta un 25% más.
Lo mejor: calma y atención a la hora de comer
Los expertos recomiendan calma y atención plena a la hora de comer. Que los niños dediquen un rato a comer, en compañía, saboreen los alimentos, los disfruten con los cinco sentidos y socialicen.
Enseñar todo esto desde pequeños, sembrará un buen hábito a medida que vayan creciendo.