Los niños suelen quejarse de que se aburren. Pero el aburrimiento puede ayudarles a desarrollar sus habilidades, su creatividad y su autoestima. Tanto los niños pequeños como los mayores suelen necesitar algo de ayuda para pensar en cosas que hacer con el tiempo no estructurado.
Cuando un niño dice “estoy aburrido”, puede ser un código para varias cosas: puede que tenga hambre, que busque atención, que sienta curiosidad por lo que tú estás haciendo o que busque algo en lo que ocupar su tiempo.
Aunque es súper importante tener en cuenta de qué se quejan realmente, hay que tener cuidado con tu reacción inmediata. Si dejas de lado todo porque necesitan atención, no aprenderán a entretenerse. O, si te dedicas a pensar en actividades cada vez que te lo piden, no tendrán la oportunidad de aportar sus propias ideas.
La lista de actividades y juegos para momentos de aburrimiento
En lugar de ser reactivo, es mejor ser proactivo con tus hijos sobre sus opciones. Para esto lo mejor es adelantarse y hacer una lista de actividades y juegos que le gusten. Lo ideal sería una mezcla de tus ideas y las de tu hijo; pueden hablar de lo que le ha gustado en el pasado, de las cosas nuevas que le interesa aprender y de las formas de usar las cosas que ya tiene en casa
Lo ideal es usar esta tabla junto a un horario. Hazles saber los planes del día y el tiempo que esperas puedan entretenerse solos con su menú de actividades. Esto les dará la seguridad de que no “jugarán solos todo el día”, sino solo un tiempo establecido y los ayudará a aprender cómo estructurar su tiempo para que finalmente puedan hacerlo de forma independiente.”
El aburrimiento como una oportunidad
Ayudar a tus hijos a ver el aburrimiento como una oportunidad para hacer algo los beneficiará a ambos. Probarán nuevas actividades, desarrollarán una mayor tolerancia a la frustración, aprenderán a tomar la iniciativa y a entretenerse por sí mismos, adquirirán estrategias de planificación y habilidades para la resolución de problemas, desarrollarán la perseverancia, aumentarán la confianza en sí mismos y se conocerán mejor. Además, oirás menos quejas y tendrás más tiempo para ti. La próxima vez que su hijo le diga: “Estoy aburrido”, responda: “¡Qué bien! Estoy deseando ver lo que vas a hacer”.