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Cómo equilibrar tu rol de mamá y el trabajo con el resto de tu vida: 5 consejos prácticos

La figura de la mamá superpoderosa y experta en multitasking ya está retirada. Hoy la publicidad y las propias madres son sinceras al hablar sobre las dificultades que experimentan en el día a día intentando compatibilizar todos los roles que deben cumplir con su familia.

Ser mamá es renunciar, pero no por lo anterior, las madres quieren dejar de lado todo lo que eran antes de tener un hijo. Se puede ser madre, profesional, amiga, deportista y tantas cosas más. ¡Es cosa de proponérselo!

5 formas prácticas para equilibrar la vida de mamá, mujer, amiga y trabajadora

Organízate y prioriza

Priorizar es lo más esencial para administrar el tiempo con mayor eficacia. Es difícil llevar la vida laboral y la familiar, y además tratar de encontrar un tiempo para los amigos, familia e incluso para ti. Y claro, frustrante también. Sé realista en dónde debes poner más energía y qué límites debes marcar para que tu semana o mes cumpla con las metas personales y profesionales que te habías propuesto.

Busca la conciliación

Hoy la crianza es de dos. Y no se trata de delegar o pedir “ayuda” con tus hijos. Es de reconocer que la familia se arma bajo el alero de dos adultos, que tienen exactamente las mismas responsabilidades y deberes a la hora de criar a los niños. Recuerda, son un equipo. Y ojo, la familia completa ya sean tus papás, hermanos o primos te pueden ayudar cuando necesites un poco de tiempo a solas. Recuerda el dicho “se necesita a toda una tribu para criar a un niño”.

Deja la culpa de lado

Dicen que el mismo día que nace un niño, nace la culpa de una mamá. Es fácil sentir culpa por salir con las amigas, por arrancarse un par de horas al gimnasio o incluso por ponerle monitos a los niños cuando estás muy cansada. ¿Pero sabes? La culpa no sirve de nada y solo te hace sentir mal. Baja tus expectativas y no pienses que debes ser perfecta. Tus hijos necesitan una mamá feliz, que no se te olvide.

Comunícate de forma eficaz

Muchas veces, las discusiones del día a día no son más que problemas de comunicación. “Que yo entendí”, “que ella dijo”. No guardes tus opiniones ni emociones, comunícalas de forma oportuna y respetuosa para que así los involucrados puedan saber cómo mejorar y cómo ayudarte.

Cuida tus relaciones

Es fácil “desaparecer” en el rol de mamá. Se ama tanto a los hijos y necesitan tanto de ti que a veces pareciera que no hay más relaciones que cuidar aparte de la con ellos. Pero ojo, sigues siendo hija, hermana, amiga y pareja. Cuida esas relaciones para que el peso del ser madre no te absorba.

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