Una de las claves para que los niños aprendan a nadar es familiarizarse con el medio acuático lo antes posible. Por ello siempre es bueno que a partir de los seis meses de edad puedan ir con los niños a la piscina, jugar con ellos en el agua o participar en clases de estimulación acuática.
Una vez que los niños están familiarizados con el agua y disfrutan con ella, es el momento de empezar a trabajar en cosas más avanzadas. Se deben enseñar progresivamente para que de forma lógica y significativa se favorezca el conocimiento y el dominio de las habilidades motrices acuáticas, que permitirán al niño primero ser autónomo y, posteriormente, comenzar a nadar, iniciándose en las diferentes técnicas de natación (a partir de los 6 años).
¿Cuándo se es autónomo en el agua?
El niño es autónomo cuando es capaz de desplazarse hacia donde quiera y como quiera por el agua sin material auxiliar de flotación, moviendo de forma sencilla brazos y piernas y controlando su respiración.
Entre las técnicas de natación para que los niños se sientan a gusto en el agua puedes usar las siguientes:
- Tomaremos la natación infantil como un juego para que los niños disfruten
- No mostrar miedo ante los niños aunque traguen agua o lloren
- Motivar al niño para que haga por sí mismo el ejercicio sin obligarlo ni forzarlo a hacer nada que no quiera
- No asustarlos dentro del agua
- El niño decidirá cuándo termina la clase
A continuación, te dejamos algunos consejos que te ayudarán a jugar en el agua con tus hijos mientras favoreces su correcto aprendizaje de las habilidades motrices acuáticas.
Una vez que tus niños estén totalmente familiarizados, lo primero que debes enseñarles, es la respiración. Estos son sencillos juegos para trabajarlo:
- Echarnos agua por encima de la cabeza con un cubo o regadera (para comenzar a trabajar las apneas).
- Si el pequeño acerca la boca al agua, vigilarle pero no impedir que lo haga, trabajará de forma voluntaria el cubrimiento progresivo de las vías respiratorias.
- Podemos hacer pequeños buceos, a poca profundidad, para buscar algún juguete.
- Hacer burbujas. Con la boca y con la nariz. Un posible juego es intentar empujar con burbujas un muñeco.
Los deslizamientos ayudarán al niño a experimentar la flotación y podemos hacerlos de diferentes formas, para lo que proponemos varios juegos:
- Ambos papás uno en frente al otro, a una distancia corta ajustada a la edad, contarán hasta tres y el niño tendrá que ir del uno al otro ayudado por el impulso que le das.
- Agarrados por la espalda a tu cuello, abrirás los brazos simulando las alas de un avión mientras los niños mueven los pies haciendo espuma para que el avión se mueva.
¡Ahora a nadar, al agua pato! Te dejamos algunos juegos para cuando ya estén más cómodos en el agua.