El verano llegó con todo y hace algunas semanas venimos sintiendo altas temperaturas, sobre todo en la capital. En la zona sur donde pensaríamos escapar del calor, se han llegado a sentir más de 35° y en el norte las fuertes lluvias han dejado grandes daños. Todo este cambio climático también nos influye y sobre todo a los más pequeños, quienes muchas veces ven afectadas sus rutinas, sobre todo a la hora de dormir.
¿Por qué el calor nos impide dormir?
Para entender un poco mejor como funciona nuestro cuerpo, hay una parte del cerebro que regula el sueño y ésta funciona mejor a una temperatura de 19 a 21 grados. Por encima o por debajo de ese rango, el sueño es menos reparador y se interrumpe más veces. Para lograr esa temperatura en los meses de verano cuando el calor se hace insoportable, abrimos las ventanas y recurrimos a los ventiladores o al aire acondicionado, pero con un bebé en casa conviene tener en cuenta algunas cosas.
¿Qué hacer para que los niños duerman mejor en verano? Algunos consejos prácticos para el buen dormir
- Ventilar dormitorios y espacios comunes, pero evitar corrientes que puedan afectar a los más pequeños.
- Si el ventilador es de techo y con diferentes velocidades, airearemos la habitación antes de acostar a los niños y después dejaremos el aparato a la mínima velocidad necesaria para mantener un buen ambiente térmico.
- Si tenemos aire acondicionado, podemos ponerlo un rato para refrescar la pieza, y luego apagarlo una vez esté adentro. El aire reseca las mucosas y puede dificultar la respiración.
- No es extraño que con el calor los bebés duerman peor la siesta. El ambiente tiene gran influencia en la calidad, duración y continuidad del sueño, por eso te recomendamos que le pongas ropa liviana, de algodón, o algún tejido natural que facilite la transpiración.
¿Qué hacer si tu hijo suda mucho?
Los bebés son más sensibles a la temperatura porque tienen más superficie corporal que un adulto. Al dormirse experimentan cambios hormonales que propician la sudoración, y eso lo notamos en la cabeza y en sus manos. Nada de que preocuparse, sólo secarle bien sus partes húmedas con un pañal de algodón.