Es normal que los niños se sientan intranquilos y ansiosos antes la llegada de marzo y el fin del verano. Te compartimos seis consejos para la vuelta de vacaciones y que este proceso sea lo más positivo y enriquecedor posible.
A todos nos cuesta retomar las actividades luego de las vacaciones. Este problema no es ajeno a los niños, quienes después de un buen tiempo de relajo con la familia, deben adaptarse a los desafíos de un nuevo año.
Según los expertos, la clave está en la organización. Lo más importante es respetar los tiempos de adaptación y mantener estrechos los lazos de cariño y confianza con quienes los rodean.
A continuación, la experta en educación y Directora de Programas Educativos de Jardines Vitamina, María Luisa Orellana, entrega distintos consejos para que la vuelta al jardín infantil no sea tan radical y dura para los más pequeños.
Seis consejos para la vuelta de vacaciones
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Usar frases positivas:
Debemos evitar usar frases que desmotiven al niño, como “acuérdate cuánto me costaba levantarte el año pasado”. En su lugar ocupar otras que se enfoquen en lo positivo, tales como “te vas a reencontrar con tus educadoras y compañeros que seguro te extrañaron mucho”, generando expectativas.
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Foco en la preparación:
Lo recomendable es que en el tiempo previo a retomar la rutina, el foco sea la preparación. Es importante comunicar al niño lo necesario para que entienda lo que va a pasar. Sin exceso de detalles que generen ansiedad y rescatando lo bueno de experiencias anteriores y haciéndolo partícipe de los preparativos, como la compra de útiles y uniforme.
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Entender y transmitir que el proceso es normal:
Es necesario tomar estos cambios como parte de un momento que los padres y los niños deben vivir. Dejando fuera las culpas y enjuiciamientos. La idea es enfrentarlo de la manera más armónica posible, cuidando el ambiente para que sea emocionalmente sano y nutritivo.
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Acompañarlos es clave:
Todo cambio genera cierta incertidumbre en los niños, por lo mismo, es normal que se sientan intranquilos y ansiosos. Lo importante es ser respetuosos con ellos y ponernos en su lugar. Saber cómo se están sintiendo y así generar conversaciones y situaciones de contención para que se sientan acompañados en el proceso.
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Apoyarse en un objeto de apego:
Otra buena idea para que el cambio sea más llevadero, es que durante los primeros días de jardín, donde el niño se está adaptando, lleve un objeto de apego que lo ayudará a sentir afecto y pertenencia.
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Cuidar nuestros mensajes negativos frente a los niños:
El primer cambio debe partir por nosotros como padres. Si ellos nos escuchan “lo terrible” que es volver a trabajar, de seguro que ellos también los experimentarán de esa manera. Lo más recomendable es enviar mensajes positivos y decirles que aunque a todos les cuesta dejar atrás las vacaciones, siempre es bueno volver a encontrarse con los amigos y las cosas que tanto nos gustan de nuestro trabajo .