La infancia es una etapa en la que todo se descubre por primera vez: los colores, los sabores, las texturas, los olores… ¡y los sonidos! En Vitamina, creemos que el aprendizaje se vive con el cuerpo entero, y que los alimentos pueden ser una puerta maravillosa para estimular los sentidos y desarrollar habilidades clave desde los primeros años.
Este mes, la protagonista es la manzana 🍎, una fruta nutritiva, accesible y llena de posibilidades. Pero más allá de su aporte alimenticio, ¿te has preguntado cuántas experiencias sensoriales puede ofrecer?
A través de juegos simples, exploraciones guiadas y actividades cotidianas, la manzana puede ayudar a fortalecer la motricidad, ampliar el lenguaje, despertar la curiosidad y generar vínculos positivos con la comida. Aquí te compartimos cómo explorarla con los cinco sentidos desde casa.
🍎 1. Vista: colores que invitan a descubrir
Las manzanas no solo son deliciosas, también son visualmente atractivas. Desde el rojo intenso de la manzana Fuji, hasta el verde brillante de la Granny Smith o el amarillo suave de la Golden, cada una presenta matices únicos que captan la atención de l@s niñ@s.
Actividad sugerida:
Arma una bandeja con diferentes variedades de manzana y propón una observación guiada: ¿cuáles son redondas? ¿cuáles tienen manchas? ¿de qué colores son? Puedes usar lupas para que las exploren como verdader@s científic@s. Esta actividad potencia la atención visual, la discriminación de colores y el pensamiento comparativo.
✋ 2. Tacto: suave, rugosa, húmeda o crujiente
Tocar una manzana puede parecer algo simple, pero para un@ niñ@ pequeña, es una oportunidad para identificar texturas, temperaturas y consistencias. Si la fruta está entera, es firme; si está rallada, puede sentirse húmeda o fibrosa. Pelada o cocida, la experiencia cambia completamente.
Actividad sugerida:
Ofrece distintos formatos de manzana (entera, en cubos, cocida, rallada, con y sin cáscara) y deja que l@s niñ@s las toquen con las manos. Pueden usar palabras para describir la sensación: ¿está fría? ¿es áspera o suave? También puedes taparles los ojos para hacer una mini “adivinanza táctil”. Así se fortalece el lenguaje descriptivo y la conciencia corporal.
👃 3. Olfato: aromas que despiertan recuerdos
El olfato es uno de los sentidos más ligados a las emociones y los recuerdos. El aroma de una manzana fresca o cocinada con canela puede transportar a l@s niñ@s a momentos agradables en casa o en el jardín.
Actividad sugerida:
Propón un juego de “descubre el olor”. Presenta la manzana junto a otros alimentos (plátano, naranja, pan recién hecho) y pídeles que adivinen cuál es solo oliendo. También pueden oler la manzana en crudo y luego cocida: ¿cambia su aroma? ¿a qué les recuerda? Este tipo de juegos estimula la memoria olfativa y la curiosidad.
👂 4. Oído: sonidos que nos conectan
Aunque muchas veces lo pasamos por alto, el oído también tiene un rol en la alimentación. ¿Has notado el sonido al morder una manzana? Ese crujido característico puede ser muy atractivo para l@s niñ@s.
Actividad sugerida:
Haz una pequeña “escucha atenta”: parte una manzana cerca del oído del/de la niñ@ y pídele que describa el sonido. Luego, haz lo mismo con una manzana cocida o una compota. ¿Son iguales? Puedes grabar los sonidos y jugar a adivinar cuál corresponde a qué versión. Así aprenden que el oído también participa en la experiencia de comer.
👅 5. Gusto: dulce, ácido y siempre nutritiva
Por supuesto, el gusto es uno de los sentidos más estimulados con la manzana. Su sabor es suave, por lo que suele ser una de las primeras frutas introducidas en la alimentación complementaria. Además, dependiendo de la variedad, puede ser dulce, ácida o más neutra, lo que permite ampliar el abanico de sabores.
Actividad sugerida:
Organiza una “cata familiar de manzanas”: ofrece pequeños trozos de distintas variedades y pregúntales cuál les gusta más. ¿Por qué? ¿Qué palabras usarían para describir cada una? También pueden combinar la manzana con otros sabores (canela, yogur, queso crema) y crear sus propias mezclas favoritas. Esta experiencia promueve una relación positiva con la comida y fomenta el desarrollo del gusto sin forzar.
🍽️ Aprendizaje significativo desde lo cotidiano
En Vitamina buscamos que cada experiencia cotidiana se convierta en una oportunidad para aprender, explorar y fortalecer la conexión entre l@s niñ@s, sus familias y el entorno. Al incorporar alimentos como la manzana en actividades sensoriales, no solo potenciamos el desarrollo integral, también ayudamos a construir hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana.
La próxima vez que tengas una manzana en casa, ¡piensa en todo lo que puedes descubrir junto a tu hij@! Porque en los pequeños momentos también crecen grandes aprendizajes.