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¿Qué son los Terrores nocturnos y cómo afrontarlos en familia?

En niños y en adultos, los terrores nocturnos son episodios durante el sueño que pueden manifestarse en gritos, llantos, golpes, confusión, hablar dormidos, dificultad a la hora de despertar, entre otros. Afortunadamente, tienden a desaparecer por sí solos cuando llega la adolescencia.

Según la Asociación Americana del Sueño, los terrores nocturnos son más frecuentes en niños, afectando a un 6,5% de ellos. Tienden a manifestarse entre los 4 y 12 años, y los estudios indican que no existe una conexión entre trastornos mentales y terrores nocturnos. Sin embargo, existen medidas que podemos tomar para disminuir la frecuencia de estos episodios, y también los riesgos que podrían traer.

Cómo disminuir los terrores nocturnos

La mejor forma para controlar un terror nocturno en tus hijos, es esperar pacientemente que el episodio termine y asegurarte de que no se lastimen. Es mejor no despertarlos durante ese momento, ya que esto podría generar más confusión en ellos. También, busca eliminar los factores de riesgo en su habitación que puedan provocar accidentes si se levantan o mueven durante el sueño.

Si bien no existe una manera de eliminarlos inmediatamente, puedes ayudar a tu hijo reduciendo sus niveles de estrés, preocupándote que tengan una rutina ordenada del sueño, creando rutinas relajantes antes de dormir y ayudándolos a no estar extremadamente cansados antes de acostarse.

Los expertos también indican que una manera de evitarlo, es despertar a tu hijo 15 a 20 minutos antes de que el episodio comience, en el caso de que tengas identificado ese patrón. Según el portal Kids Health, estos episodios usualmente comienzan 2-3 horas después de dormirse, cuando el sueño pasa de fase no REM a una fase REM ligera.

Los terrores nocturnos pueden ser angustiantes para padres y cuidadores, pero es importante mantener la calma y disminuir los factores que pueden favorecer su aparición; el consumo de cafeína, estrés, cansancio o una mala higiene del sueño. Si estos episodios son muy frecuentes y problemáticos, toma nota de los patrones y comportamientos de tus hijos, y acude a tu pediatra para que los ayude a superarlos.