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Los pañales: ¿está mi hijo listo para dejarlos?

¡Dejar los pañales es sin duda un de los grandes hitos del desarrollo de tu pequeñ@! Este proceso biológico, marca simbólicamente, su paso de guagua a niño grande.

Y una de las temporadas preferidas desde siempre para comenzar el proceso es durante el verano. El calor y el hecho de que los pequeños puedan andar en shorts y sandalias, facilita mucho la limpieza los primeros días… o semanas.

¿Cuándo comenzar con el control de esfínteres?

La verdad es que no hay edad para hacerlo, más bien signos de que tu hijo está listo. La mayoría de los niños comienzan el proceso de dejar los pañales entre los 2 y 3 años y medio de edad.

Este momento coincide con sus ganas de ser independientes en todo nivel, y el deseo de ir al baño por su cuenta es parte de él. Para poder comenzar, lo primero es estar atentos a los signos.

Algunos signos de que tu hijo está listo para dejar los pañales

Si tu familia o hijo están atravesando cambios, tales como la llegada de un hermano, la separación de sus papás, una mudanza, no se recomienda comenzar con el control de esfínteres, ya que puede ser mucha presión para el niño.

Siempre ten en cuenta que cada niño tiene sus propios tiempos, pero las estadísticas dicen que los varones demoran más que las niñas y que los segundos hijos aprenden más rápido que los primogénitos.

Tips para que dejar los pañales sea un proceso feliz

  1. Ser positivos: por un lado los niños deben mostrar signos de que están listos, y nosotros como papás, disponer de paciencia extra y tiempo para enseñarles con calma y amor. Debemos felicitarlos por sus logros y nunca retarlos o castigarlos por sus errores.
  2. Ser consistentes: la rutina del baño no debe cambiar día a día, y su pelela o bacinica debe estar en el mismo lugar. Si cada vez que lo hace bien le damos un abrazo, procura hacerlo siempre así. El niño sabrá que hay consecuencias predecibles y eso le dará seguridad.
  3. Involucrarse: las necesidades, comportamientos y habilidades de los niños cambian, a veces, de un momento para otro. Lo que la semana pasada funcionaba, puede que esta ya no; lo que el niño ya dominaba, puede cambiar al día siguiente. Es importante observar e identificar problemas para actuar rápidamente.
  4. Disfrutar: si bien esta etapa de cambios e independencia produce algún grado de ansiedad en los papás, es bueno saber que se puede disfrutar. Haz lo posible por quitar la vista, de vez en cuando, de la meta a largo plazo y disfrutar de los momentos divertidos a lo largo del camino. Si el proceso se pone conflictivo, es mejor quitarle presión y ponerle pausa por un tiempo. Por lo menos hasta que tu hijo demuestre que está listo otra vez.

¡Si ya pasaste esta etapa, cuéntanos cómo fue el proceso!